La “conducción ecológica” o “conducción
eficiente” es un modo de conducir el vehículo que tiene como objeto lograr:
- Un bajo consumo de carburante.
- Una reducción de la contaminación ambiental.
- Un mayor confort de conducción.
- Una disminución de riesgos en la carretera.
Para lograr una conducción eficiente, estas son las
principales claves a tener en cuenta:
- Realizar el arranque del motor sin pisar el acelerador.
- Iniciar la marcha de la siguiente forma:
- En los motores de gasolina inmediatamente después de arrancar el motor.
- En los motores diesel y motores turboalimentados esperar unos segundos.
- La primera marcha usarla sólo para el inicio, acelerar de forma suave y progresiva y cambiar rápidamente a 2ª a los 2 segundos o 6 metros aproximadamente.
- Circular en la marcha más larga posible y a bajas revoluciones.
- Mantener la velocidad de circulación lo más uniforme posible.
- En los procesos de aceleración, cambiar de marcha:
- Entre 2000 y 2500 revoluciones por minuto en los motores de gasolina.
- Entre 1500 y 2000 en los motores diesel.
- En los procesos de deceleración, reducir la marcha lo más tarde posible.
- Realizar siempre la conducción con anticipación y previsión.
- Recordar que mientras no se pisa el acelerador, manteniendo una marcha engranada, y una velocidad superior a unos 20 km/h, el consumo de carburante es nulo.
- En paradas prolongadas, por encima de 60 segundos, es recomendable apagar el motor.
Otras recomendaciones a tener en cuanta serían:
- Mantener una temperatura interior adecuada, entre 23 y 24 grados, sin abusar del aire acondicionado.
- Llevar bien los neumáticos en su presión adecuada.
- Realizar los mantenimientos periódicos del vehículo.
- No sobrecargar el vehículo.