La amaxofobia o miedo a conducir, se trata de una conducta que nos lleva a evitar
ponernos al volante y en los casos más extremos, subirnos a un coche.
Etimológicamente, la palabra "amaxofobia"
proviene del griego, “amaxos” = carro, “fobia” = temor.
Es
un trastorno muy común que lo padecen 1/3 de los conductores españoles. Puede presentarse en distintos grados, desde
un trastorno suave que no nos impide conducir, aunque resta capacidad al
volante como miedo a tomar una curva, a adelantar un coche, a circular por
autopista o por cualquier espacio en el que resulte medianamente complicado
parar, hasta el extremo de personas que no puedan ni imaginarse conduciendo sin
sentir una profunda angustia y afecte a la vida social del individuo, por ejemplo,
evitando salir si no hay alternativas de transporte.
La amaxofobia puede tener diversos orígenes en los que
destacan tres grandes grupos de personas que lo padecen:
- Conductores noveles que llevan mucho tiempo sin conducir, y cuando lo
retoman no tienen la experiencia necesaria.
- Personas que han desarrollado con los años ansiedad en la conducción.
- Personas que han sufrido una experiencia traumática, como un accidente de
tráfico de algún ser querido.
¿Puede superarse la amaxofobia?:
Por supuesto que sí. Como sucede con todas las fobias, la mejor técnica
es la de “Exposición”, enfrentarse a aquello que nos provoca miedo, en este
caso volver a conducir, se trata de hacerlo muy poco a poco, progresivamente, y
con la ayuda de especialistas, profesor de autoescuela y en caso necesario la intervención
de un psicólogo.